EL RECUERDO

  Es día de Reyes lleno de alegría el que se mece sobre la ciudad mientras detrás de una ventana alguien vigila el paso del tiempo.

Un visillo a modo de tapadera oculta su rostro y el humo de un cigarrillo asciende sin prisa por la estancia.

  Su vida no había sido precisamente un vergel de dicha ,mas bien un total desencanto en todos los aspectos, por eso se recrea viendo pasar transeúntes todas las tardes de cinco a siete mientras les hace un retrato en blanco y negro con alguna pincelada de color ,para luego colgarlos en la biblioteca que tenía alojaba en su mente.

  Había registrados más de cincuenta cada uno con su peculiaridad. De entre todos destacaba el de ella, aquella mujer entrada en años que ayudándose de un bastón a modo de ritual pasaba frente a su ventana y le lanzaba una sonrisa. Para diferenciarla de los demás en el casillero donde la había alojado había puesto a modo de referencia un corazón envuelto en papel de regalo.

  También tenía en un lugar preferente a un joven que con su violonchelo caminaba con paso apurado y sin detenerse,salvo para mirar hacia su ventana,a él lo alojara en el casillero envuelto en una partitura.

  Y en el tercer lugar estaba aquella niña que salía del colegio siempre sola con cara triste y a la que se le escapaba una mirada hacia la ventana, a ésta la alojara en el casillero envuelta en una nube de algodón de azúcar.

  Aquella tarde no iba a ser como las demás, ya que el silencio se rompió cuando alguien toco a su puerta.

Al abrir,  una mujer lo miró fijamente y sin articular palabra entró y fue directa a la ventana siguiendo el rastro del humo.

 —Pero Fermín, ya te tengo dicho que aquí dentro no se puede fumar- le increpa con voz altanera-vamos , que tienes visita.

—Otra vez visita- responde el hombre enfadado-

—No protestes, que solo haces protestar

—Y quien viene?

—Tu hija , con tu nieto y tu nieta.

—¿Y ella cuando va a venir ,si la veo pasar todas las tardes, porqué no viene?

—Venga Fermín que te están esperando..

  La mujer camina con el hombre hacia la salita y una vez allí,éste, los mira y sin decir palabra se marcha camino de la ventana.

  —Lo siento pero no puedo obligarlo,eso sería un retroceso en su curación,les comenta la mujer.

   Las visitas se marchan pero antes le dejan unos regalos,es día de Reyes.