Desde pequeño en el cole
le llamaban el hormiguita , siempre obediente y estudioso. Pasados
los años a cuestas con ese diminutivo estaba harto de ser un
don nadie, de que todos lo pisotearan y ningunearan a todas horas
como si de una hormiga se tratara.
Al levantarse ,se sentía
insignificante al que nadie miraba ni se percataba de lo que hacia
en la vida.
—Cariño tienes que
darme dinero, necesito comprarle cosas a los niños
—Papá, dame algo para
ir a la excursión del cole
Al salir de su casa y
entrar en el ascensor se daba cuenta que ser hormiga no era tan
malo ya que nadie lo veía y eso le permitía no hacer caso a los que
como él se iban a trabajar
Antes de entrar en la
oficina seguía siendo una hormiga a la que a penas veían al pasar ,
eso que él se encargaba de saludar a todos pero su respuesta era un
mutismo general, ya que todos estaban abducidos por sus teléfonos
móviles.
Al entrar en la oficina
sintió como su diminuto cuerpo se hacía dueño de la situación y
siguiendo la senda que tenía marcada por los otros desarrollo su
tarea.
Estando en su puesto de
trabajo pudo escuchar una conversación a través del canal de
ventilación
—Dicen que los mas
pequeños recibirán un refuerzo ,para hacer sus tareas mejor
—Como de pequeños
—Como las hormigas que
no se ven pero que hacen su trabajo—Quien te dijo eso
—Lo escuché cuando
estaba en el baño
—Eso es una tontería,
como te van a premiar por ser como las hormigas.
—No hombre los premian
por trabajar y no hacer preguntas , ya sabes por ir y obedecer, como
hacen las hormigas
Nuestro protagonista tomó
nota de todo lo que había escuchado y se fue en busca de ese
refuerzo por ser como una hormiga.
Al llegar al departamento
correspondiente hizo su reclamación y volvió a su trabajo.
Pasados los días le
llamó el jefe del departamento y le entregó un sobre con la
respuesta a su solicitud.
—Siento comunicarle que
hemos rechazado su petición
—Y que premisas
siguieron para ese resultado
—Verá , usted nos hace
saber que se considera una hormiga por trabajar y no hacer preguntas,
por acudir todas las mañanas y cumplir con su obligación por la
cual es recompensado y que por eso debemos de darle un refuerzo.
—Si señor, eso mismo
fue lo que solicité
—Salga de mi despacho
si no quiere que lo despida por “ memo”
Salió cual hormiga
obediente y siguió cabizbajo por el pasillo sin rechistar.
De regreso a casa al
entrar se encontró con una hilera de hormigas subiendo por la
escalera , al abrir la puerta comprobó como dubitativas esperaban a
que él entrara para seguir sus pasos.
—¿Qué vais a entrar
?, le pregunta alzando la voz
—¿Cariño con quien
hablas? ¿ quien viene contigo? Pregunta la mujer desde la cocina
mientras se dirige a la puerta de entrada
—Un grupo de hormigas
que al igual que yo venimos a comer
—¿Qué dices , donde
estás?
—Aquí , a tu pies ,
como siempre ,¿ no me ves?
—Horror, una invasión
de hormigas, responde la mujer al tiempo que comienza a
pisarlas.
—Cariño que me
aplastas por favor déjame seguir viviendo como una hormiga que te
trae el dinero a casa y a la que apenas haces caso.
—Vale mi hormiguita preferida pasa ,responde la mujer mientras se agacha para recoger del suelo a
una hormiga a la que apenas le quedaban un aliento de vida.
—Por esta vez te
salvaste.
—Gracias mi reina.