LA MARCA DE LA EDAD

 Ya estaban allí desafiantes y descaradas indicándome que habían llegado para quedarse, que poco o nada podía hacer para que se fueran. El espejo era mi enemigo y como tal trataba de alejarme de él. No me importa pensó ,soy  la misma y como tal estoy  dispuesta a seguir adelante.

Todos me decían que ya me había pasado el tiempo , que ahora tocaba hacer otras cosas acordes con mi  edad , que si aún no lo había encontrado, era difícil que lo encontrase  ahora  que ellas estaban allí y no se iban a marchar. 

No estaba dispuesta a rendirme y decidí enfrentarme con ellas, mirándolas de frente, cara a cara.

—Si pensáis que no voy a encontrarlo  , estáis equivocadas, les dijo mirándose en el espejo.

Nadie le respondió del otro lado y  decidió seguir hablando con ellas.

—Sé que sois mis compañeras de vida de ahora en adelante y como tal tengo que aceptaros , pero eso no impedirá que mi corazón encuentre un compañero de viaje, que os vea hermosas como reflejos de mi edad. No quiero ocultaros ni que seáis un contratiempo para conseguirlo ,quiero luciros ante los demás como parte de mi vida .

Un día al entrar en la sala de espera del oculista, lo vio  allí sentado y pensó, por fin lo encontré.

—¿Es usted el último? 

—Si ,- responde sonriendo- 

Sus miradas se cruzaron  y un haz de luz salió de sus ojos . Al salir la estaba esperando y juntos  de la mano emprendieron camino hacia el futuro.