SU OTRO SEÑOR......

Su vida detrás de aquellos barrotes reposando sus huesos sobre aquel jergón ,era la consecuencia de una decisión tomada desde muy tierna edad. Cuando la matrona le dijo a su padre que era una niña se le llenó la cara de alegría y cuando lo supo su madre su cara fue de tristeza. Se hicieron grandes fiestas en el reino todas en honor de la que sería la futura esposa de algún acaudalado señor ,que sanaría las arcas de aquel ruinoso reino.

Los faustos empezaron nada más recibir la niña el santo sacramento del bautismo donde su padre conocedor del problema existente, buscó entre los invitados a posibles candidatos acordes a las necesidades monetarias.

Fue escribiendo misivas a todos ofreciendo la mercancía que con el pasar del tiempo se iba convirtiendo en una hermosa niña. Llamó a un afamado pintor para que según pasaban los años , le fuese haciendo retratos que enviaba a todos los pretendientes.

Uno de ellos viejo y enjuto se encaprichó de la que era ya una linda jovencita y sin mas miramientos la pidió en matrimonio cuando tan solo contaba  doce años,mientras ella correteaba por los salones del castillo en compañía del hijo de su aya ajena a todo este mercadeo .

Inconscientemente los jóvenes se fueron enamorando, siendo el aya la que se percató del asunto, aconsejando a su hijo que se fuese a la guerra a servir a su señor .

La despedida de los enamorados llenó de tristeza el corazón de la joven  que viendo que el destino  no estaba  en sus manos tomó una drástica decisión al respecto.

Un día fue llamada a presencia de su padre y de aquel que sería su esposo , para comunicarle la noticia de su próximo enlace y presentarle así al hombre con el que compartiria su cama y al que daría hijos sucedores en el reino y ella le respondió que ya tenía esposo y solo a él se entregaría.

Su padre lleno de cólera le dijo que ese que osase convertirse en su esposo sin su permiso ,sería pasado a cuchillo por el verdugo del reino y ella le respondió que ese al que ella entregaría su vida no temía a nada ni a nadie.

—Decidme su nombre y mis lacayos le prohibirán la entrada- gritó enojado

—El está siempre a mi lado aunque vuestros ojos no lo puedan ver-le responde la joven dulcemente.

Acto seguido y en presencia de todos se despojó de sus atuendos y fue camino del convento donde vive recluida abrazando al que desde entonces es su señor su Dios.