viernes, 19 de junio de 2015

MOMENTOS

Al abrir la puerta me inundó un aroma que me trajo su recuerdo , me convertí por unos momentos en un perro de caza que olisquea el aire en busca de la presa .

No me importaba nada, ni nadie, solo necesitaba encontrarlo. Era vital para mi saber si aún podía saborearlo en su piel, y al tiempo descubrir el suave y firme tacto de su cuerpo vencido sobre el mío, mientras sus manos recorrían todo el itinerario marcado para brindarme aquel placer que solo él sabía darme.

FOTO DE DULCINEA 
Necesitaba descubrir como de sus poros salía a chorros ese deleite para mi nariz que anestesiada con su olor, me brindaba momentos irrepetibles.

Recordé en un instante de cordura que podía hallar en mi cama parte de aquel ansiado momento y sin pensarlo dirigí mis pasos hacia la alcoba, abrí mi lecho y me zambullí en su interior enroscando las sábanas entre mis muslos, para que mi piel sedienta de él gozase en silencio.

Mi sexo ansioso se arrebujó entre los pliegues buscándolo, pero solo encontró el vacío dejado la noche anterior.