La sombras de la noche poblaban la ciudad y las hojas muertas del Otoño se dejaban pisar por los transeúntes.
Aquellos edificios albergaban almas desoladas, cubiertas por le desamor y una de ellas estaba al borde del abismo, pidiendo a gritos comprensión.De pronto se oyó un lamento quejumbroso proveniente del último piso.
Allí sola cubierta con la sábana de la estupidez,una mujer estaba aportando a este sórdido mundo una vida nueva.
Tras el dolor del primer momento una sonrisa afloró entre tanta opacidad. De repente alguien abrió la puerta y exclamó:
_ Venimos a buscar lo que es nuestro.
La entrada de los hombres de negro nunca es para algo bueno, y suele transformar la dicha en dolor. Duro relato, y la foto lo es mucho más.
ResponderEliminarUn beso, Dulcinea.
Juan M
Gracias por tu comentario, este micro relato lo hice para una exposición que hicieron en Barcelona en el dia internacional de la mujer,debía acompañarse de una fotografía y yo encontré esta pintura de Maruja Mayo.
ResponderEliminarEl tema es muy duro pero en aquellos dias estaba en candelero la noticia de los niños robados e hice una versión mía sobre este hecho.
Un beso, Sancho,
Puri