EL BAILE

     Miró su diminuto reloj y como todas las tardes de Domingo se preparó concienzudamente para salir a buscarlo. Su uniforme era el tantas veces ya usado consistente en una falda negra y una blusa blanca a la que resguardaba con una chaquetita sobre la que descansaba un collar de perlas.Completaba todo esto con unos zapatos de discreto tacón y un pequeño bolso en la mano El pelo negro sembrado con hilos de plata recogido en un moño y la cara adornada con un poco de colorete daban por cerrado el conjunto.

Al llegar busca acomodo en una mesa sobre la que descansar su pena mientras observa las parejas deambular por la pista.El camarero le deja un vaso de limonada mientras ella ,sonriente da las gracias y lo acerca a sus labios.

  —Le gustaría bailar conmigo, le pregunta un hombre entrado en    años.

  —Gracias pero estoy esperando

Dibujo hecho con plantilla

    Después de rechazar varias invitaciones y el tiempo pasar inexorablemente ,abandona su cuerpo sobre la silla y el rescoldo de su pena.Mientras su mente viaja al pasado y la lleva hasta la tarde en que al ritmo de tango sintió como aquel hombre le decía palabras de amor y estrechaba su delicado cuerpo haciéndola percibir su abultado sexo despertando en ella mares de placer .

  Arrastrados por éste, sin decir palabra salieron del local dirigiéndose al lugar que sus cuerpos le   reclamaba y una vez allí la pasión les     devoró y se hizo dueña del momento. Manos y   cuerpos entrelazados, labios y bocas sumidas en volcanes humeantes de lujuria, sexos buscándose hasta conseguir acoplarse por un tiempo infinito y después la nada.

El camarero se acerca suavemente y como tantas otras veces le dice:

—Señora vamos a cerrar , el baile ha terminado

Lentamente se levanta y regresa a casa, al llegar su hijo fruto  de aquel encuentro apasionado, la saluda con un beso en la mejilla y le dice:

—Mamá, papá  no vendrá, ha muerto.

—El próximo Domingo lo veré hijo , ya lo verás ,estoy segura y bailaremos juntos, responde sonriente.